Con información de Azteca Deportes, Fernando Íñiguez para Punto Comunicativo.
09 de mayo 2022.
El estadio Akron estaba listo para albergar a los casi 50 mil aficionados que se encontraban en las gradas. En la explanada principal, los pasillos o donde quiera que volteabas, las playeras rojiblancas lucían como hace mucho tiempo no lo hacían. Las Chivas de Ricardo Cadena son una realidad y los simpatizantes al Guadalajara lo saben.
FOTOGRAFÍA: AZTECA DEPORTES
Se llegaba la hora del comienzo del partido, los asistentes, en su mayoría, ya se encontraban ocupando su lugar, otros tantos, aún pasaban por los filtros de seguridad para encontrarse con el destino.
Sonaba el silbatazo inicial, las manos al cielo de los protagonistas y miles de aficionados encomendando el partido al que se encuentra arriba, allá en los cielos.
En el césped, las huellas de los eventos que se habían realizado días atrás eran evidentes, parches por doquier, pésimas condiciones para disputar el encuentro.
Las intenciones del conjunto tapatío eran claras: ¡todos adelante!, mientras que, en Pumas, las sensaciones parecían más a la defensiva.
Los primeros 10 minutos del partido se tornaban ríspidos, faltas para ambos lados y un dominio alternado, enfrascado en el medio campo, pero con aproximaciones que partían por fuera.
Al minuto 12, pelota filtrada de Chiquete hacia el espacio donde se encontraba Calderón, la incertidumbre se apoderó del central universitario, quien dejó entrar al “Chicote” por la espalda y un displicente Talavera no puedo intervenir en la jugada, dejando al lateral rojiblanco impactar la pelota y ponerla al fondo de la red. El estadio explotó, Chivas marcaba el primero de la tarde.
Se reanudaba el partido desde el círculo central, “concentrados” gritaba Cadena desde su área técnica, mientras que Lilini analizaba en silencio desde su asiento.
La reacción de Pumas fue casi inmediata, más con empuje que con recursos, al minuto 19, una bola entre líneas para Diogo de Oliveira, quien, con su físico descomunal, logró superar a Orozco en el forcejeo y define en área chica, batiendo al “Wacho” Jiménez y poniendo tablas en el marcador. El estadio se quedaba inmóvil, los universitarios festejaban y pensaban en dejar atrás el golpe que habían recibido en Concachampions a media semana.
El grito de Goya se hacía presente en el estadio, pero rápidamente era apagado por parte de la afición tapatía.
Faltas y más faltas sobre el terreno de juego, posesiones largas por parte de Chivas que intentaba volver a tomar el control del partido y un Pumas a la caza de cualquier descuido que se pudiera presentar en la zaga rojiblanca.
Al minuto 30, Jesús Angulo recibe en los bordes del área un pase flotado desde la lateral derecha, se enfila a la portería y en un choque circunstancial con el guardameta auriazul, termina siendo arrollado. Los gritos de dolor por parte del “Canelo” hacían pensar que se trataba de una situación crítica para el volante tapatío. Lo temido se confirmaba, entraba el carrito de las desgracias y Ángulo salía del terreno de juego entre lágrimas. Su lugar era ocupado por Pavel Pérez, quien al minuto 33 ingresaba al campo.
Dale rebaño, se escuchaba en todo el estadio. El ambiente era tenso, en los banquillos, Cadena y Lilini, analizaban cada movimiento y las posibles sustituciones para la parte complementaria.
6 minutos, se leía en el letrero del juez asistente, mismos que trascurrieron sin presentar ningún tipo de peligro en ambas porterías, únicamente la amonestación para el “Chicote” por reclamar una supuesta falta sobre Ortiz.
Sonaba el pitazo que dictaminaba el final de la primera mitad en la cancha del Akron, con un partido que quedaba para resolverse en el segundo tiempo.
Los 15 minutos de descanso se fueron rápido, con una dinámica que disipaba momentáneamente los nervios en la mayoría de los asistentes que se encontraban en el recinto.
Los protagonistas saltaban al terreno de juego, aparentemente sin modificaciones para ninguno de los lados.
Arrancaba la parte complementaria y de inmediato, el lateral universitario cometía una falta sobre Fernando Beltrán y obtenía así, el segundo cartón amarillo del partido.
La tarde le tenía un regalito al cumpleañero del encuentro. Al minuto 51, Fernando Beltrán toma la pelota en el tercer cuarto de la cancha, toca para Pavel y este mismo, le regresa la pared de segunda intención, Beltrán se pone de cara al arco, da el balón al “10” del rebaño y con una genialidad de taquito, Alexis Vega le regresa la pared, dejando solo al “Nene” frente a Talavera, cruza su disparo con la pierna izquierda y la manda a guardar. Chivas se adelantaba en el marcador, Beltrán corría a donde se encontraba la afición y fundidos en un abrazo de gol, festejaban la victoria parcial de los rojiblancos.
El pase a la Liguilla parecía posible para el Guadalajara, con un estadio lleno, la afición alentando y un momento anímico que favorecía al rebaño y perjudicaba a los felinos, el tercer gol parecía factible para los dirigidos por Ricardo Cadena.
Al minuto 56, Favio Álvarez remata de pierna derecha y manda la pelota por el costado de la portería defendida por Jiménez. Las sensaciones de respuesta universitaria parecían inmediatas, pero la conclusión de las jugadas, no era la mejor.
Minuto 60 de partido, cambio de los Pumas, salía Trigos y su lugar lo ocupaba Rogério. Las intenciones del estratega felino eran claras: ir por el empate a toda costa.
10 minutos de control total para Chivas, paseando el balón por lo largo y ancho del terreno de juego. El “óle” se hizo presente en las gradas al igual que la ola. La afición se la estaba pasando bien y el equipo respondía al apoyo de los hinchas.
Al 71’ Arturo Ortiz era pintado de amarillo por una falta sobre Calderón. Linini aprovechaba para mandar dos nuevas incorporaciones al campo: Marco García y Omar Islas entraban al partido y los que abandonan eran Ruvalcaba y Álvarez.
Por parte de Chivas también se movía el banquillo, saltaba al terreno de juego el número “7” del rebaño: José Juan Macías, quien tomaba el lugar de Roberto Alvarado.
Pocos minutos le bastaron al delantero rojiblanco para hacerse sentir en el partido, al 78´un disparo raso, pasaba por un costado del arco felino.
Dos nuevas amonestaciones salían del bolsillo del árbitro central, esta vez para Macías y Beltrán, quienes se sumaban a la lista de los chicos malos.
Al 85´ Dinenno se eleva en el área rojiblanca, remata de cabeza y la pelota pasa a centímetros de la cabaña rojiblanca.
La incertidumbre era evidente en el rostro de los asistentes, tanto de Chivas como de Pumas, pero todo acabó, al minuto 87´ “JJ” se desmarca en el área, recibe desde el costado derecho una diagonal retrasada por parte de Pavel, impacta la pelota con la pierna derecha y la manda a guardar. Chivas lo ganaba 3-1, el estadio se caía al grito de “Chivas, Chivas”, los rojiblancos lo festejaban, Cadena corría a abrazar a su cuerpo técnico, los rojiblancos ya se hacían en la fiesta grande del futbol mexicano.
Pero esto aún no terminaba, 2 minutos después, el mejor jugador del Guadalajara recibía un balón filtrado, arrancaba desde el medio campo con el balón pegado al pie, llegaba al borde del área grande y definía a primer palo. Gol del Guadalajara, esto ya era una goleada, Pumas se sabía vencido y Chivas festejaba la culminación de un encuentro para enmarcar.
Se agregaban 3 minutos, mismos que, mediante cánticos rojiblancos, transcurrieron sin trascendencia alguna.
Al 93´el árbitro elevaba los brazos al cielo, se llevaba el silbato a la boca y pitaba el final del encuentro. Guadalajara estaba en la Liguilla del futbol mexicano.
Entonando el “Cielito lindo” la afición se despedía de un equipo que da para soñar, la “cadeneta” afinadita con 5 victorias al hilo se enfila para afrontar el clásico tapatío en los cuartos de final.
De esta manera, el Guadalajara sigue demostrando que es serio contendiente al título y la incertidumbre en el banquillo de Pumas llegará hasta los directivos. Hoy Chivas duerme tranquilo, la paz, la armonía y el buen fútbol han llegado al rebaño de la mano de un hombre que sabe lo que es vestir la camiseta del equipo más mexicano: Las Chivas rayadas del Guadalajara.
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